La primera vez que Tim Burton
llevó a la pantalla la historia de Frankenweenie, en 1984, era un joven
novato que empezaba su andadura profesional en los pasillos de la Disney. Sin
embargo, el cortometraje sobre un niño que revive a su perro muerto, no gustó a
la productora de Bambi, que alegó que
aquel cuento macabro “no era para niños”.
Como consecuencia, la Disney echó a la calle a Tim Burton, que sufrió
por primera vez el fracaso y la incomprensión de su cine. Ahora, devuelve a la vida aquella primera historia
y nos regala su magia con una mirada infantil que, tal vez entonces, no tenía.
Y, cosas de la vida, vuelve a colaborar con la Disney en este proyecto que,
ahora sí, le interesa tenerlo entre sus filas. A buenas horas, mangas verdes.
Este año, Tim Burton está prolífico. Estrenó Sombras tenebrosas en mayo; y ahora Frankenweenie, donde el director nos hechiza con su maravillosa
puesta en escena. Es una hermosa película sobre las dificultades de los niños
que son diferentes a los demás, y sobre la falta de visión de los adultos ante
este problema. Por otro lado, Tim Burton
maneja a la perfección los puntos de vista y encaja de una forma formidable la
visión infantil de Víctor con la que puede tener un adulto sobre este tipo de
temas. En conclusión, Frankenweenie
es lo suficientemente entretenida para los más pequeños y profundamente
reflexiva y viva para los adultos. Recomendable
cine familiar con firma de autor.
Sin embargo, quería hacer hincapié en uno de los aspectos que más me
ha fascinado de este film. Y es que Tim Burton siempre ha dejado su huella en
sus películas, pero pocas veces esa
huella se traduce en autor como en esta ocasión. Si con Ed Wood (1994), el director homenajeaba
al cine que le inspiró y lo hacía desde una historia real y la mirada del director
que ya se había hecho así mismo, con Frankenweenie,
su mirada es la de aquel niño que fue Tim Burton y cuya imaginación derivaba
hacia los mundos fantásticos de la Hammer o el cine de terror de serie B. Es
decir, tanto Ed Wood como Frankenweenie son las dos caras de la misma moneda: la cara
adulta y la cara infantil de un mismo director: Tim Burton.
Observando con detalle el film, el protagonista, Víctor, es un niño
que es feliz encerrado en el ático de su casa creando historias que graba con
una cámara de cine. Adora la ciencia y la fantasía, los dos pilares básicos de
lo que es el cine. Cuando revive a su perro muerto, sus padres quieren que
entienda que eso no está bien, y que cuando la muerte llega, hay que aceptarlo.
Sin embargo, más tarde su propio padre confesará “que a veces los adultos no
sabemos lo que decimos”, reconociendo su error y dándole una segunda
oportunidad a su hijo. La maravillosa alegoría
sobre la incomprensión se pone en escena con la historia de Frankenstein
(inspiración obvia de la historia), definiendo así la propia aventura de Tim Burton en el mundo del cine. Es decir,
la falta de apoyo inicial por no entender sus películas y la segunda oportunidad
de la Disney para enmendar aquel primer castigo.
Metáforas aparte, el film se
disfruta tanto por el fondo como por la forma. El stop-motion y la artesanía que tanto le gusta a Tim Burton están
perfectamente trabajadas, consiguiendo una naturalidad deliciosa. La profusión
de diferentes monstruos clásicos del cine y de la literatura llena la pantalla
de imaginación y aventura, haciendo continuos guiños a aquellos espectadores más
adultos. Y la tierna mirada de los niños, la nostalgia y la identificación con
ciertos aspectos de nuestra infancia nos devuelven a ese lugar tan confuso en
el que estuvimos una vez y en el que quisimos triunfar haciendo lo que más nos
gustaba, ya fuera escribir, dirigir, pintar o construir inventos.
En este caso, Frankenweenie
es la película que Tim Burton podría
haber hecho cuando era un niño introvertido, alimentándose de todas las
fantasía que leía y veía en las películas y añadiendo sus ingredientes propios
para darle vida. Si alguien quiere conocer bien a este director no tiene más
que ver este film, y completarlo con Ed
Wood, que según su director, es su mejor película. Ya no sé qué decir,
ambos son grandes films: entre ésta y Frankenweenie sólo hay una mirada.
¿Qué nos gusta más: la infantil o la adulta? Difícil cuestión, pues nadie es
adulto sin haber sido antes un niño…
Fuente: web oficial: http://www.disney.es/frankenweenie/index.html
Trailer español:




Me gustará verla.El trabajo de Tim Burton me gusta, pienso que será muy interesante para niños y adultos.Mucha fantasia.
ResponderEliminarHola, Patricio! Hacer volar la fantasía es algo necesario para nuestro intelecto, nos sienta muy bien, especialmente a los niños. Y los adultos que huyen de la fantasía deberían incluirla en sus menús, pues es un sano ejercicio para todos. Te la recomiendo!
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