El arte de contar historias nace de la fascinación humana por saber todo
lo que ocurre tras las puertas de una casa. Con el último film de François Ozon,
En
la casa, el espectador entrará en el mundo literario de un adolescente
que necesita vivir en primera persona la realidad para trasladarla después a
una hoja de papel escrita. El deseo de
observar y el placer de escribir se unen en este insólito film que no te
dejará indiferente y que te hará vivir hasta el último segundo para conocer,
como buen voyeurista la resolución
final.
Con claro acercamiento a La ventana indiscreta, En la casa cuenta la historia de un
profesor defraudado por el bajo nivel de creatividad literaria de sus alumnos
que desea que el único de ellos que tiene talento consiga mejorar su técnica y
llegar a ser un buen escritor. El problema es que para aplicar esas técnicas y
escribir un relato, el alumno deambula entrando y saliendo en una casa de una
familia y viviendo en primera persona aquello que cuenta en sus escritos. El
profesor pasa del rechazo de las prácticas del joven Claude a la fascinación y
va cayendo en las redes de la escritura
de su alumno como cualquier lector lo haría mientras lees una novela de la que
deseas saber necesariamente el final.
Con En la casa, la magia de la literatura se hace evidente y se
acerca al espectador. Empieza con una narración literaria para luego dejar
protagonismo a la imagen puramente cinematográfica que se encarga del resto y
lleva al espectador a través de la historia. En este deambular entre ficción y realidad, descubrimos cuál es la vida de
ese profesor y cuál la del alumno, a la vez que averiguamos lo que les une y lo
que les separa. Y es que, a pesar de las distancias (la edad, la forma de ver
el mundo) hay un lazo que les une que es imposible romper: el deseo de leer y
escribir historias.
Sin embargo, el profesor llega un momento en el que no sabe separar la
realidad de la ficción, mientras que su alumno tiene muy claro que quiere saber
la verdad, es decir, entrar en un mundo real y vivirlo para poder contarlo.
Claude no teme la línea divisoria entre ambos mundos porque para él lo que hay
fuera de la casa no tiene sentido, mientras que lo hay dentro es la realidad y,
a la vez, la ficción. Manipula a su lector, el profesor, para alcanzar el
objetivo que ya no es sólo escribir sino vivir una experiencia real en la casa
de su mejor amigo.
Desde un punto de vista fílmico, En la casa es un perfecto producto
de cine de autor, dominado por una cámara que sabe posicionarse para narrar y
entonar a los personajes. Los planos, perfectamente trabajados, nos guían como “lectores”
atrapados en el relato y tiene la maestría adecuada para generar suspense y tensión allá donde es
necesario. El resultado es una película bien hecha y entretenida para el
espectador, que no desea salir de la sala hasta saber cómo piensa acabar de
redactar su relato el traicionero adolescente.
Sin embargo, es una película a
ratos engañosa, a causa de la reflexión que esconde sobre el arte de
narrar. En realidad, es una manipulación continua que puede hacerte pensar que
no te ha respetado como espectador. A pesar de ello, creo que esa traición está
justificada por el propio relato, ya que la identificación con el profesor es
la que guía el film y, por lo tanto, tenemos el punto de vista del personaje
manipulado. En definitiva, vemos a través de los ojos del personaje manejado al
interés de un alumno que escribe un relato que se mueve entre el drama y la
tragedia, lo que hace que nosotros como espectadores también suframos ese
desbarajuste.
No importa, cualquiera que vea el film disfrutará con él y sabrá lo
importante que es contar historias, narrar, observar, leer, escribir… La
literatura se muestra como es espacio en el que podemos descubrir la vida de
otras personas sin necesidad de meternos en sus casas, aunque el joven Claude
no lo tenga tan claro. Deseo de mirar y talento para escribir, esas serían las
claves de un gran relato que mantuviera el interés por él hasta el final. En la
casa se alzó con la Concha de
Oro en el último festival de San Sebastián. ¿No tenéis curiosidad de
descubrirla? Os animo a que lo hagáis, no saldréis defraudados.
Trailer en español:
Trailer en V.O.S: http://www.youtube.com/watch?v=O1zcbybftIQ
Fuente oficial en España: Golem




La adaptación de la obra teatral"El chico de la última fila fila" lo trata Ozón de una forma excelente donde juega con la realidad y la ficción y una extructura impecable.La relación entre Germaine profesor fracasado como escritor y Claude alumno con aptitudes para escribir se convierte en una historia clásica de misterio pero con un entramado de drama y comedia.Observar y saber contar....hay que verla.
ResponderEliminarSin duda es un film francamente interesante. La influencia de Hitchcock es tan clara que parece a ratos un homenaje a su cine, especialmente al final, donde hace un guiño claro... y ya no digo nada más!
ResponderEliminarSaludos, Patricio
Lo dicen en una escena de 'Dans la maison' a mitad de la película: es una comedia estúpida, todo esto es ridículo. La película de François Ozon es ñoña en su ventana 'voyeurística' (¡ay qué diría el maestro Hitchcock!), un escape apenas maloliente, que ni siquiera satisface al que lo despide. ¡Mejor nos vamos todos a China! Un saludo!!!
ResponderEliminarDesde luego la sombra de Hitchcock es tan grande que pesa sobre todo aquel que osa imitarle... recordemos "Abre los ojos", que tanto acercarse al mago del suspense termina por quemar el negativo y hacer de la película un fiasco. No obstante, me gustó 'Dans la maison', quizá por su acercamiento al tema de la literatura y la realidad, tan rico siempre. Un saludo, manipulador!
ResponderEliminar