10 de marzo de 2013

Una pistola en cada mano: los hombres también lloran (Cesc Gay, 2012)

¿De qué hablan los hombres cuando están juntos? Esta curiosa pregunta plantea una cuestión difícil de resolver, porque desde la premisa de que los hombres no lloran entendemos que el universo masculino es hermético, fuerte e insensible. Nada más lejos de la realidad, como nos hace ver Cesc Gay en su último film. En Una pistola en cada mano, vemos diferentes personajes masculinos hundidos en problemas diversos de la cuarentena que les acechan y les alcanzan a todos por igual.


Con una estructura fragmentada en diversas historias, el puzzle se recompone en torno a las incertidumbres de la mediana edad de una generación (la nacida en los setenta) que ve cómo sus ilusiones y sus esperanzas se escapan por la grieta del paso del tiempo.

Una pistola en cada mano es una amena película con la que es fácil identificarse. Ofrece momentos de humor más o menos divertidos y personajes comunes en todos los estratos de la vida urbanita que forman un mosaico tan pintoresco como humano y natural. Fácil de ver y disfrutar, es un film recomendable para todos los públicos, pero especialmente para aquel al que va dirigido que verá como el divorcio, la infidelidad, las mentiras en el seno de la pareja están a la orden del día.


Javier Cámara, Eduard Fernández, Eduardo Noriega, Luis Tosar, Alberto San Juan, entre otros, son los actores que dan voz a esos tipos masculinos que siempre parecen que son muy rudos y machos como un John Wayne armado con pistolas pero que, a la hora de la verdad, son frágiles como el cristal. La labor actoral, tan coral como conjunta, es meritoria y convierte al film en un gusto para el espectador. No sólo los hombres tienen su hueco en la película. El papel de las mujeres es primordial para hacer comprender lo que les pasa dentro de sus complejas dudas, como el papel interpretado por Candela Peña, quien obtuvo el Goya a la mejor actriz de reparto en este film.


Si algo se le puede reprochar a la película es el hecho de apoyarse tanto en el guión dialogado que deja poco margen a la imaginación y las segundas lecturas. Las historias están contadas con mucho detalles, es un buen guión que se traduce en largos diálogos, como si estuvieras leyendo una novela. Hay apuntes interesantes cinematográficamente hablando (algunos cambios de plano que dotan de profundidad a esos diálogos) pero el peso de la palabra es tan grande que permite lucirse a los actores y no tanto a la narración fílmica.

No importa, Una pistola en cada mano es una buena película que vale la pena ver. Buenos actores, buenas historias humanas y buen entretenimiento entre la comedia y la amargura. En definitiva, buen cine que ha merecido más apoyo en la distribución y que ha ganado con el boca a oreja, porque al final las buenas historias siempre se acaban haciendo un hueco. Recomendable.


Página oficial: http://www.unapistolaencadamano.com/

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